En medio de la discusión parlamentaria sobre el proyecto de ley de plataformas de juego en línea, es común oír la idea de normar estos sitios web ilegales de la misma forma que se regula a los casinos físicos. Sin embargo, no son lo mismo.
En medio de la discusión parlamentaria sobre el proyecto de ley de plataformas de juego en línea, es común oír la idea de normar estos sitios web ilegales de la misma forma que se regula a los casinos físicos, tomando a ambas industrias como si fuesen lo mismo. Sin embargo, no son lo mismo.
Es evidente que no podemos tratar una industria regulada y que cumple con la ley, igual a otra que hoy actúa en la total ilegalidad y sin ningún tipo de complejo. Pero, además, existen otras diferencias importantes al considerar una regulación adecuada para ambas industrias, que logre equilibrar bien el punto de una eficiente recaudación fiscal, y que a la vez asegure el derecho de una sana y segura entretención para los consumidores.
La regulación que hoy se plantea, más que modificar las reglas del juego para los casinos tradicionales y facilitar las de las apuestas en línea, debería eliminar las asimetrías vigentes y emparejar la cancha para que las plataformas de juego ilegales tributen y protejan a los usuarios como hoy lo hacen los casinos.
Uno de los principales desafíos es ver cómo se incorporarán estas plataformas de juego en línea al mercado, sin que afecten la regulación y el desarrollo de las otras actividades autorizadas, como la Polla, Lotería, los hipódromos o los casinos autorizados, muchos de los cuales acaban de renovar licencias con un marco regulatorio que fue fijado por los próximos 15 años. Nos preocupa que el cambio de reglas mal estructurado pueda afectar los derechos de operadores que hoy son grandes contribuyentes al desarrollo turístico y económico de las regiones.
Sólo como ejemplo, durante 2022 la industria de los casinos aportó $ 180.000 millones de pesos a los municipios donde operan, gobernaciones regionales y a las arcas fiscales, mostrando así el compromiso para lo cual fueron creados por ley. Esto no ocurre con la industria de las plataformas de apuestas en línea, cuyo mercado crece sostenidamente, pero que aporta cero pesos como tributo al país.
Como Asociación Chilena de Casinos de Juego celebramos que se esté discutiendo la regulación de las plataformas de juego en línea en el Congreso, porque hoy son una competencia totalmente al margen de la ley y apoyamos que avance de forma expedita para poder combatir a las plataformas de juego en línea ilegales. Para ello, pedimos se proceda sin inequidades y se proponga un buen marco legal, centrado no sólo en el pago de impuestos, sino también en reconocer las diferencias de ambos mercados, que dé garantías a los consumidores, protección a los menores, que ayude a prevenir el lavado de activos y que asegure la seguridad y protección de datos personales, entre otros.
El éxito o fracaso de esta medida dependerá de la capacidad que tengan las autoridades para combatir el juego ilegal que hoy existe y, sin duda, seguirá existiendo si no se ponen los incentivos adecuados para formalizar esta industria.
Puedes ver la publicación en la columna editorial de Diario Financiero.